Los árboles son, sin lugar a duda, los representantes más prestigiosos y atractivos de la flora en nuestros jardines. Ya sea por sus flores, frutos, follaje o la sombra que nos proporcionan, ocupan un lugar central entre los vegetales ornamentales. No importa el tamaño del jardín ni el esplendor de sus parterres; la presencia de uno o más árboles es esencial para su vida y el equilibrio de su composición. Contamos con una amplia variedad de especies, divididas en:
PERENNIFOLIOS: también llamados siempre verdes, son una excelente opción en jardinería por su capacidad de mantener el follaje durante todo el año. Esta característica no solo aporta verdor permanente al paisaje, sino que también ofrece sombra, protección solar y privacidad en cualquier estación. Son ideales para setos, pantallas visuales y como elementos decorativos constantes en el diseño del jardín. Muchas especies tienen hojas duras o cerosas, lo que lespermite adaptarse bien a condiciones de sequía. Entre los más utilizados en jardinería destacan los pinos (Pinus pinea, Pinus halepensis), cipreses (Cupressus sempervirens) y encinas (Quercus ilex).
CADUCIFOLIOS: son aquellos árboles que pierden sus hojas durante el otoño e invierno, entrando en una etapa de reposo. En jardinería, se valoran por su dinamismo estacional: ofrecen sombra en verano y, al perder sus hojas en invierno, permiten el paso de la luz solar, lo que beneficia a otras plantas y espacios del jardín. Su cambio de follaje aporta color y textura al diseño, especialmente en otoño, cuando sus hojas adquieren tonos cálidos y llamativos. Son ideales para jardines que buscan variedad visual a lo largo del año. Entre los más populares se encuentran los almeces (Celtis australis), las jacarandas (Jacaranda mimosifolia), y las moreras (Morus alba).